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lunes, 19 de marzo de 2012

EL PASTOR Y LOS PAPAYOS SILVESTRES


EL PASTOR Y LOS PAPAYOS SILVESTRES

Amigos debo contaros, una bella y breve historia,
que ocurrió en  las lomas de Ite, en sus épocas de gloria,
aquellos tiempos, cuando en  las lomas estaba el  paraíso.
con fauna y flora silvestre, tal como DIOS lo hizo.



Con las garúas de invierno se humedecía la tierra,
pronto emergía la vida, tan diversa y colorida.
Crecían árboles y arbustos en las colinas más altas;
y abundante hierba fresca florecía en las laderas.
Erase un joven que anduvo por las lomas de pastor,
cierto día cuando muy alegre realizaba su labor,
se percato que le faltaba un animal,
y salió a buscarlo, en una bella mañana invernal.




Se preguntaba ¿Dónde estará ese toro cimarrón?,
de pronto algo llamo fuertemente su atención,
Eran dos papayos silvestres en la cumbre del cerro platanar,
al acercarse, bajo su sombra se dispuso a descansar.
había alcanzado un profundo estado de relajación,
de pronto el pastor sintió una deliciosa sensación
al escuchar una tierna y suave voz llena de amor,
que le dijo: “soy el ser que anima el árbol, no tengáis temor”.




Te damos la bienvenida a  nuestro hogar,
Somos los guardianes de este sagrado lugar
Sabemos que eres un ser de corazón universal
Que siente amor por la vida en todo lo natural,

El consejo de árboles del cerro platanar
requería tu presencia física en este lugar,
el traerte hasta aquí fue un reto a nuestra imaginación

El ser humano es nuestro hermano mayor,
todos somos hijos del mismo creador,
en el principio convivíamos en paz y armonía,
un fuerte sentimiento de amor nos unía.

De pronto el desamor, inundó su corazón,
y los seres humanos fueron perdiendo la razón,
con  filudo acero nos atacaron con violencia,
poniendo en peligro nuestra y su propia existencia.

La especie humana en un estado de locura,
le declaró la guerra a la madre natura,
ellos tomaron el camino hacia la autodestrucción,
es así que para evitar nuestra extinción.
El consejo de árboles del cerro platanar,
Decidió convocarte, ¡OH Hermano nuestro!  a este lugar,
para pedirle que nos irradies con la luz del corazón,
y nos riegues con el agua viva de tu amor.
El joven pastor sentía que el corazón más fuerte le latía,
y abrazado del árbol, lleno de amor y de alegría.
Le  dijo, hermanos míos viviréis por siempre dentro mi corazón.
Vendré a verlos durante el resto de mis días.



El árbol le respondió: te seremos eternamente agradecidos.
si cada vez que puedas ascender a esta montaña nos regales,
Esa energía vital de amor puro que brota de tu tierno corazón,
la necesitaremos, para sobrevivir en la más extrema condición.
Debes saber que para provocar tu asenso a estos parajes
pedimos la ayuda de los ángeles elementales los gnomos,
ellos tuvieron una divertida y ardua labor
para arriar a ese toro y traerlo a este lugar.

El joven pastor estando con los ojos cerrados pudo visualizar,
como unos diminutos y vaporosos seres arriaban a cimarrón,
danzando y cantando muy alegres; es así que en aquella ocasión,
el pastor de las lomas de ite, termino con su preocupación.

Fue pasando el tiempo, año tras año,
los humos letales provenientes de la fundición de Ilo,
fueron matando lentamente a los frondosos árboles;
Guarangos, taras, yaros, platanillos o papayos silvestres.
Fueron muriendo uno tras otro por los humos venenosos,
donde había bosques, hoy son lugares desolados,
los dos papayos silvestres aun se mantienen vivos y fuertes,
testificando que en ese lugar una vez existían bosques.    



Cada cierto tiempo los papayos silvestres reciben la visita.
de un adulto con corazón de niño, que  abrazado de sus gruesos tallos,
habla con ellos, e intercambia las energías vitales de su corazón,
y les dice “ hermanos  míos pronto a de  llegar la nueva  edad dorada.”
y las lomas de Ite; volverán a ser un verdadero paraíso.
                                
Mario Mendoza Quispe   

FOTOS: Jose  Bermonte 

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